CARTAYA: 5-CARTAYA (CASHTM) HUELVA...

5-CARTAYA (CASHTM) HUELVA
Las Guerras Carlistas, iniciadas contra el gobierno liberal tenían a los insumisos del norte (vascos y navarros), catalanes y valencianos, todos juntos a una activa Institución, que será la Iglesia quien avivaba desde el púlpito la sedición y rebelión contra la monarquía liberal y ésta, inició el proceso de “desamortización de los bienes de la Iglesia” para poder sufragar con medios económicos la formación de un ejército, dotado de pertrechos y soldados para combatir a las partidas facciosas que querían imponer por la fuerza, el régimen absoluto.
Posteriormente se suceden otros pasajes históricos como la Revolución y Constitución del 1869, el gobierno provisional del general Serrano, el reinado de Amadeo I de Saboya, la I República en 1873, período que termina con el golpe del Estado del general Pavía quien entra con las tropas en el Congreso en 1874, seguido por el pronunciamiento militar del general Martínez Campos en Sagunto en el año 1874, imponiendo por la fuerza de las armas la Restauración de la monarquía borbónica, en la persona de Alfonso XII.
Ya en el siglo XX, se produce un cambio político, con la proclamación de la II República, he iniciada la Guerra Civil, Cartaya es ocupada por el bando nacional.
En mi libro: “La España critica….una Iberia posible” comento esta tragedia humana y manifiesto: “Desgraciadamente, la anarquía existente en las dos Españas enfrentadas trajo sin por ello olvidar otras sangres inocentes derramadas, con los métodos represivos de los dos bandos que usaron la extrema dureza. Vamos a recordar dos víctimas de esta barbarie, la desaparición de dos personajes que la sufrieron en su persona, dos genios de la pluma Federico García Lorca y Ramiro de Maeztu, inútilmente sacrificados por el odio enfermo de los contendientes.
Olvidemos para siempre esta tragedia, con su memoria histórica y sepultemos definitivamente la triste realidad que denunciaba Mariano José de Larra del convulso periodo decimonónico: “Aquí yace media España, murió de la otra media”.
Recordemos tiempos pasados donde reinaba la armonía en el pueblo y todo el estrato social participaba en actos colectivos como refleja el gran genio pictórico Francisco de Goya en su obra “La Pradera de San Isidro” con escenas de fiestas, alegría común y jolgorio popular y en otros como “La carga de los mamelucos” donde todo un pueblo unido, participa en su lucha contra el invasor francés.
En esta escena de la Guerra de Independencia, ya un ilustrado de mente privilegiada D. Melchor Gaspar de Jovellanos, hacía su análisis personal y decía: “España no lucha por los Borbones, ni por los Fernando; lucha por sus propios derechos, derechos originales, sagrados, imprescriptibles, superiores e independientes de toda la familia o dinastía.
España lidia por su religión, su Constitución, por su leyes, por sus costumbres, sus usos y en una palabra, por su libertad…”
Terminada la guerra transcurre su historia dentro del régimen de Franco hasta que en el año 1977 se incorpora como villa, tras la Ley de la Reforma Política al nuevo sistema democrático actual.
Durante el último tercio del siglo XIX se funda el poblado El Rompido y en la desembocadura del río Piedras se instalo una almadraba en la otra banda del río.
Debido a que las comunicaciones terrestres debían hacerse en el otro margen izquierdo del río, se establecieron muchas familias de origen portugués y se produjeron muchos matrimonios con cartayeros siendo actualmente los apellidos de Almeida o Brito comunes en esta zona.
El año 1963 se produce la segregación del nucleo de Punta Umbría pero ante las numerosas demandas de este por la lejanía del núcleo y su crecimiento turístico y económico, el Ayuntamiento inicio un expediente solicitando al Consejo de Ministros la revocación del Decreto del 15 de enero del 1959 donde se acordaba su segregación del núcleo matriz.
Al final la solicitud no prospero y el 26 de abril de 1963, Punta Umbría se convirtió en una nueva localidad de la provincia con frontera a 8 km de distancia de El Rompido. En esta época se crea El Portil como centro de dinamización turística pero el proyecto fue fallido por el mínimo desarrollo de esta zona.
Tras la implantación de la democracia con la promulgación de la Constitución del 1978, Cartaya experimento un gran desarrollo como ciudad siendo una de las localidades más prósperas de Huelva.