Con las variantes necesarias, recupero un poéma que dejé por otro
pueblo, pero como ninguno es igual a otro ha habido que adaptarlo.
El Andévalo está dorado,
Como sus amarillos trigales,
Como el oro de sus
minas,
Que de sus entrañas sale.
Campiñas de yerbas verdes
Que el sol os va dorando,
Las acaricio, como cuerdas
De guitarra, y tambien tocan fandangos.
Por abajo canta el
rio
Y remolinos soportando
Con aire de
cielo fresco
Y sus hojas van volando,
Siluetas en el aire ellas
Van
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