COSA DE NIÑOS
Cuenta una leyenda que un anciano maestro había abandonado la ciudad para dar un tranquilo paseo por unos campos llenos de cerezos en flor. Las ramas de los árboles se inclinaban majestuosas sobre el camino y el anciano iba absorto en sus meditaciones. De pronto, apareció ante él Angulimal, un bandido famoso en aquella comarca, que estaba dispuesto a robarle todo lo que llevaba y acabar con él. Entonces, el sabio le dijo: «Antes de matarme, solo te pido que me ayudes a cumplir dos últimos deseos». Angulimal le preguntó cuál era el primero, a lo que el sabio respondió: «Corta, por favor, una rama en flor de ese cerezo». Con un golpe de espalda, el bandido hizo lo que le pedía, arrojando la rama a los pies de su víctima, que había empezado a rezar. «Mi segundo deseo es que ahora vuelvas a poner la rama en el árbol, para que siga floreciendo», le dijo. «Debes de estar loco, si crees que eso es posible», le dijo Angulimal. «Al contrario. El loco eres tú que te crees poderoso porque puedes herir y destruir. Eso es cosa de niños. El poderoso de verdad es aquel que sabe crear, dar vida y curar». El bandido se sorprendió mucho ante aquella respuesta, ya que se dio cuenta de que el sabio tenía razón, porque la violencia es el recurso de los incompetentes.
Cuenta una leyenda que un anciano maestro había abandonado la ciudad para dar un tranquilo paseo por unos campos llenos de cerezos en flor. Las ramas de los árboles se inclinaban majestuosas sobre el camino y el anciano iba absorto en sus meditaciones. De pronto, apareció ante él Angulimal, un bandido famoso en aquella comarca, que estaba dispuesto a robarle todo lo que llevaba y acabar con él. Entonces, el sabio le dijo: «Antes de matarme, solo te pido que me ayudes a cumplir dos últimos deseos». Angulimal le preguntó cuál era el primero, a lo que el sabio respondió: «Corta, por favor, una rama en flor de ese cerezo». Con un golpe de espalda, el bandido hizo lo que le pedía, arrojando la rama a los pies de su víctima, que había empezado a rezar. «Mi segundo deseo es que ahora vuelvas a poner la rama en el árbol, para que siga floreciendo», le dijo. «Debes de estar loco, si crees que eso es posible», le dijo Angulimal. «Al contrario. El loco eres tú que te crees poderoso porque puedes herir y destruir. Eso es cosa de niños. El poderoso de verdad es aquel que sabe crear, dar vida y curar». El bandido se sorprendió mucho ante aquella respuesta, ya que se dio cuenta de que el sabio tenía razón, porque la violencia es el recurso de los incompetentes.
Buenos días Sensi, cuanto tiempo sin entrar a esta página del foro, pero veo como tu no pierdes ripio, y que estas al pié del cañón a diario, has sido, eres y seguirás siendo el eje central del foro de PEDRO MARTINEZ.
