PEDRO MARTINEZ: ¿Quién fue "La Adelita" de la Revolución Mexicana y...

¿Quién fue "La Adelita" de la Revolución Mexicana y quien no ha oído esa canción?

Aunque hoy en día cualquier mujer que participó en la Revolución es considerada una adelita, el término adelitas se refiere más específicamente a las enfermeras revolucionarias.
Aunque, por lo general, la historia cuenta los grandes triunfos de los hombres, sobre todo en cuestiones de guerra, la realidad es que las mujeres han sido parte esencial en la construcción del pasado de la humanidad y la historia de México no es excepción.
Las mujeres mexicanas han desempeñado papeles clave en el desarrollo de conflictos sociales que contribuyeron a la construcción del país, ya sea como combatientes, maestras, enfermeras o líderes, por mencionar algunos ejemplos.
Una muestra de ello es el papel de las mujeres conocidas como “adelitas” durante la Revolución Mexicana.
De 1914 a 1917, se registró la filiación revolucionaria de 124 enfermeras: 19 enfermeras en el zapatismo, 10 en el villismo, 2 convencionistas y 93 constitucionalistas-carrancist as, de acuerdo con Matha Eva Rocha Islas en Los rostros de la rebeldía.
A pesar de que la inmensa mayoría de las enfermeras que sirvieron durante la Revolución Mexicana se mantiene en el anonimato, una de ellas dio nombre para representar a este rubro tan importante: Adela Velarde Pérez, la primera adelita.
¿Quién fue la primera adelita?
Adela Velarde Pérez fue la mujer cuyo nombre representaría a todas las enfermeras que prestaron sus servicios no sólo para cuidar de los enfermos y heridos durante la Revolución Mexicana, sino para cargar armas, encargarse de los alimentos e incluso participar en batallas si así se requería, según la Secretaría de Cultura.
A la corta edad de 14 años, Adela Velarde huyó de su casa para unirse a la Cruz Blanca Constitucionalista, una brigada itinerante conformada por personal que salió de Laredo rumbo a Ciudad Juárez.
De acuerdo con Leonor Villegas en La rebelde, una jovencita muy bella se le acercó en Chihuahua diciéndole “Señora, yo quiero servir en sus filas”. Se trataba de Adela Velarde, quien desde entonces atendió a los heridos y siguió a la brigada hasta su llegada a la Ciudad de México en 1914.
Además, se dice que su destreza y eficiencia la convirtieron rápidamente en una de las favoritas de las tropas. También se sabe que tuvo una destacada participación en contra de la Usurpación Huertista.
Así mismo, se cuenta que era una mujer bella y generosa, llena de alegría y curiosidad.
Aunque poco se sabe de su historia, se tiene conocimiento de la dedicación y valentía de Adela Velarde Pérez, quien se convirtió en referente de las enfermeras revolucionarias.
Como menciona Martha Eva Rocha Islas, “La participación de Adela Velarde como enfermera atendiendo heridos en los campos de batalla grabó en el imaginario popular a las adelitas de la Revolución Mexicana”.
Después de la Revolución, Adela Velarde trabajó durante 32 años en un puesto burocrático de la Secretaría de Industria y Comercio.
Fue hasta 1963 que se le concedió una pensión como veterana de la Revolución, según cuenta Elena Poniatowska en el libro Las soldaderas. También fue miembro de la Legión de Honor Mexicana.
Adela Velarde murió en 1971 en Texas, Estados Unidos. Actualmente, sus restos yacen en el cementerio de San Felipe en Del Río, Texas.
El orígen del famoso corrido “La Adelita”
Probablemente, la canción más famosa de la Revolución Mexicana sea “La Adelita”, sin embargo, su origen está lleno de misterio.
Hay quienes dicen que se escribió en 1892 en Ometepec, Guerrero;
Sin embargo, la versión más aceptada es aquella reforzada por la misma Adela Velarde Pérez, quien dijo en una entrevista para el periódico Excélsior en 1948 que el famoso corrido había sido compuesto por el sargento Antonio del Río Armenta, quien era parte de las tropas villistas y estaba enamorado de ella.
De acuerdo con Velarde Pérez, la versión original de “La Adelita" sólo tenía las siguientes tres estrofas:
Popular entre la tropa era Adelita,
la mujer que el sargento idolatraba,
porque a más de ser valiente era bonita
que hasta el mismo coronel la respetaba.
Y si Adelita se fuera con otro,
la seguiría por tierra y por mar;
si por mar, en un buque de guerra,
si por tierra, en un tren militar.
Si Adelita quisiera ser mi esposa,
si Adelita fuera mi mujer,
le compraría su vestido de seda
para llevarla a bailar al cuartel.
Leonor Villegas narra que Adela y Antonio le contaron que el sargento quería casarse con la valiente mujer y que planeaban incorporarse a la brigada del general Manuel W. González.
Por desgracia, el sueño de Adela y Antonio no se pudo concretar pues él “murió acribillado en el cumplimiento del deber” de acuerdo con Villegas.
Hoy en día, “La Adelita” es una de las canciones más icónicas de la Revolución Mexicana.