PEDRO MARTINEZ: Leyendas e Historias de mi Albaicin...

Leyendas e Historias de mi Albaicin

Para encuadrar esta historia tenemos que trasladarnos al otoño de 1808, al comienzo de las guerras Napoleónicas y como protagonista a un joven francés, René, un humilde campesino que fue arrancado de su pequeña aldea por el ejército francés como tantos cientos de miles de jóvenes para invadir Europa bajo las órdenes de Napoleón.
Aquí en España participó en varias batallas, hasta que recaló en Granada, concretamente formando parte de la guardia que vigilaba la ciudadela roja.
Su tropa se instaló en el convento de San Francisco, abandonado por los frailes a la llegada del ejército francés a la Alhambra.
Mientras sus compañeros se dedicaban al pillaje, y el saqueo él quedó maravillado por el huerto del convento, no tardando nuestro campesino en sacarle buen partido a esa tierra tan fértil y tan poco aprovechada que tenían los frailes. En ella logró cultivar las mejores frutas y hortalizas con las que alimentaba a toda su tropa incluso se hablaba de la buena calidad y el extraordinario sabor de todos sus productos fuera de la Alhambra.
Uno de tantos días, trabajando en la huerta, René descubrió un hueco entre la maleza, que daba a una entrada estrecha y está se abría a toda una red de galerías subterráneas, lejos de dar parte a sus superiores decidió guardar el secreto.
Pasaron los años y las tropas napoleónicas abandonaron la península, René y sus compatriotas también tenían que dejar granada, pero nuestro protagonista no estaba dispuesto a abandonar su amada huerta y decidió que no se marcharía, por nada del mundo dejaría "su paraiso", así que se aprovisionó de frutas y verduras y se escondió en su lugar secreto.
Dándole por desaparecido, sus compañeros abandonaron la Alhambra (no sin antes, intentar volarla) a los pocos días, salió de su escondite para continuar con su vida y su oficio agrícola.
Pasado un año de retirarse las tropas invasoras, los frailes volvieron al convento, cuando descubrieron a René decidieron denunciar al enemigo a las autoridades, el joven intentó conciliar y convencerles que era un simple campesino y que nada tenía que ver con esa guerra, pero los frailes no creyeron sus palabras, solo veían un sucio francés del ejército de Napoleón.
Fue entonces cuando René recordó que tenía un As en la manga, durante el expolio y destrucción de las numerosas obras de arte por parte de sus compañeros, en un descuido, él, sin saber muy bien porqué, rescató del fuego una pequeña imagen de San Francisco y la escondió en su pasadizo secreto, llevó a los frailes a su escondite y al salir de allí con la sagrada imagen, el efecto fue instantáneo, todos los monjes se arrodillaron ante San Francisco. Con este gesto consiguió la compasión de la congregación a lo que se le sumó el buen aspecto que presentaba el huerto, que dejó a los frailes maravillados, así fue como le permitieron formar parte de la congregación.


5 Cts/kWh para tarifa 3.0 TD, autónomos y empresas
Llama al 654 409 325, ofertas especiales para Pueblos de España