PEDRO MARTINEZ: Cuenta la leyenda que hubo una vez en Granada un albañil...

Cuenta la leyenda que hubo una vez en Granada un albañil muy, muy pobre que a duras penas podía mantener a su familia.

Un día, el cura del barrio le encomendó hacer en su casa una especie de nicho en la pared en un patio interior con una única condición, nunca sabría donde se encontraba la casa, por ello, el albañil era conducido por el cura, noche trás noche, con los ojos vendados por las laberínticas calles del albaicin.
Una vez terminado el nicho ayudó al cura a meter en él varias tinajas de monedas de oro tapando después el nicho quedando las tinajas totalmente ocultas.

Pasaron los años... y una noche, un hombre fue a buscar al albañil para que le arreglara una casa medio en ruinas que quería arrendar.
Cuando el albañil fue a la casa reconoció el patio donde años atrás construyó el nicho y le propuso al dueño que él y su familia se alojarán allí mientras duraba la restauración.
Así lo hicieron.
El albañil arregló la casa y de la noche a la mañana se convirtió en uno de los hombres mas ricos de Granada y nunca le dijo a nadie como lo consiguió.