El año era 1878 en la ciudad costera de Nueva Orleans. Trece años después del fin oficial de la guerra, pero para Elara, el fin de la esclavitud era un concepto tan frágil como el yeso. Había sido vendida y revendida tantas veces que su nombre resonaba como un eco vacío. El trauma había calcificado su rostro, creando una máscara de indiferencia que, irónicamente, la hacía menos atractiva para los compradores.
Se encontraba en la sección de “Activos en Liquidación”, reservada para los exesclavos... Poesía de Antonia Fuentes
Tengo amigos por el mundo,
y yo hago parte de ellos.
No importa el color de piel,
ni tampoco el de el cabello.
Solo importa la intencion,
de ayudarnos mutuamente.
Amarnos de corazon,
y tratarnos sanamente.... Buenas noches Antonia. felices sueños... un abrazo. Buenas noches, hasta mañana, un abrazo. Buenas noches Antonia, feliz descanso. un abrazo.