Quien me conoce sabe, quien no me conoce juzga, quien cree que sabe todo sobre mí... se engaña. La vida me enseñó: que se aprende más escuchando que hablando, que el respeto y la educación abren más puertas que el dinero, que una sonrisa te hace más atractivo que cualquier prenda de vestir, que la actitud nos define, nos acerca o nos aleja de los demás. Que el amor se siente, no se elige. Las personas que tienen poco que hacer son por lo común muy habladoras: cuanto más se piensa y obra, menos se habla Cuanto más vivo, más maravillosa se vuelve la vida. Satisfaced las necesidades de la vida como la mariposa que liba la flor, sin destruir su fragancia ni su textura.