Cada viernes por la tarde, la gente que salía del tren en la estación central de Sevilla se encontraba con la misma imagen:
Una niña de unos 10 años, con coletas desordenadas, un cartel hecho a mano… y los brazos abiertos.
El cartel decía:
“ ¿Tuviste un mal día? Yo regalo abrazos.”
Al principio, la gente pasaba de largo.
La miraban con desconfianza.
Pensaban que era parte de algún experimento social o un truco para pedir dinero.
Pero ella... Los amigos se convierten con frecuencia en ladrones de nuestro tiempo. No estropees lo que tienes deseando aquello que no tienes; recuerda que lo que hoy tienes alguna vez fue aquello que deseaste. La vida es hermosa cuando dejamos de desear una mejor y decidimos aprender a disfrutar de ella tal y como es.