Una vez había una gran fiesta en un pueblo. Toda la gente había dejado sus trabajos y ocupaciones de cada día para reunirse en la plaza principal, en donde estaban los juegos y los puestos de venta de cuanta cosa bonita uno pudiera imaginarse.
Los niños eran quienes gozaban con aquellos festejos populares. Había venido de lejos todo un circo, con payasos y equilibristas, con animales amaestrados y domadores que les hacían hacer pruebas y cabriolas.
También se habían acercado... A veces el silencio es la mejor respuesta. Dale a todos la ilusión de tener razón. Cuando no sepas qué decir, dedica una canción, tiene la capacidad de hablar por ti sin fallar. La mayor parte de la gente confunde la educación con instrucción.