El cántaro agujereado
Un campesino muy pobre que vivía en lo alto de una
montaña, bajaba todos los días desde su
casa hasta el
río con dos cántaros a la espalda. Los llenaba de
agua y subía la colina con ellos para regar sus plantas. De esta forma, conseguía cada año un cultivo espléndido.
Pero una calurosa tarde de
verano, el hombre se sentó a la
sombra de un
árbol a descansar, y una piedrecita hizo un pequeño agujero en uno de los cántaros.
Al cabo de unos meses, el cántaro intacto le
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