Ángel era judío y dueño de una de las
panaderías más famosas de
Alemania. Cuando le preguntaban cómo había sobrevivido al Holocausto, solía contar esta
historia:
— ¿Sabes por qué estoy vivo hoy?
Cuando era adolescente, los nazis nos subieron a un
tren rumbo a Auschwitz. Días enteros sin
comida, sin
agua, sin abrigo. Nevaba. El frío era brutal. La muerte estaba en cada
rincón del vagón.
Junto a mí, un anciano temblaba sin parar. Yo también me estaba congelando, pero usé mis manos para frotar las
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