Durante tres años (de diecinueve a veintidós) me dediqué a mandar
postales en julio, es un mes muy especial para mí, por aquello de la calidez, de esa luz especial que nos regala esos bellos días de
verano, a personas que tenía aprecio, algo en común o simplemente por simpatía, donde escribía: < Suerte en la lucha de los sueños. La perseverancia es la recompensa...>
Ponía mucha ilusión, creatividad y esmero en ello, pasaba días personalizándolas. ¡Jamás me contestó nadie! Me encontraba con esas
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