Compramos energía a futuro



En un pequeño pueblo de Finlandia, donde los lagos se congelan en otoño y el sol apenas asoma en invierno, había un pato distinto a todos. Lo llamaban Ilmo, y no pertenecía a ningún estanque. Aparecía y desaparecía. Volaba solo. Siempre solo.
Pero no era un pato salvaje cualquiera. No cazaba, no huía, y —según los lugareños— solo aparecía cuando alguien estaba triste.
La primera vez que lo vieron fue en la ventana de la enfermería del colegio. Un niño acababa de perder a su abuelo. Mientras la ... (ver texto completo)
La soledad es a veces la mejor compañía, y un corto retiro trae un dulce retorno.
Las personas que viven solas siempre tienen algo en su mente que estarían dispuestos a compartir.
La soledad es muy hermosa... cuando se tiene alguien a quien decírselo.
La soledad es una gran fuerza que preserva de muchos peligros.
Buenas noches Antonia. que tengas buen descanso. un abrazo.
Hasta mañana Sensi, feliz descanso, un abrazo.
Buenas noches Antonia. que tengas buen descanso. un abrazo.
En el hotel rural “El Nido de la Niebla”, enclavado en una colina de Asturias, todos los huéspedes recibían una tarjeta magnética.
Todos… excepto don Fabio.
A sus 88 años, seguía pidiendo las llaves del cuarto 108: una llave real, de metal, con un llavero de madera grabado a mano.
—Las tarjetas no pesan —decía—. Y yo necesito saber que llevo algo encima.
Fabio se hospedaba siempre en la misma fecha: del 1 al 7 de octubre. No hablaba mucho. Pedía café solo, pan tostado sin mantequilla y una flor ... (ver texto completo)
Hay que tener raíces fuertes para no ir a donde sopla el viento.
El tiempo no se guarda en cajones, ni se esconde en bolsillos. Se gasta, como una moneda ardiente, en cada mirada que damos, en cada silencio que dejamos pasar.
Si alguien te desea el mal, tú deséale el bien. Cada uno ofrece lo que tiene.
Nunca se termina de conocer a las personas, siempre te sorprenden o te decepcionan.
Buenas noches Antonia. feliz descanso. un abrazo.
Cuando el joven Naivo cumplió 12 años, su abuelo lo llevó por primera vez a la reserva de Ifaty, al norte de Tulear. Allí, entre la tierra seca y el sol despiadado, lo esperaba algo más que un árbol: lo esperaba una leyenda.
— ¿Ves ese tronco? —le dijo el anciano, señalando un coloso de corteza plateada y ramas torcidas como dedos del cielo—. Ese es el corazón de nuestra tierra. Le llamamos Finoana, que significa “fe”.
El niño lo miró en silencio. Tenía la forma de una botella gigante, y su sombra ... (ver texto completo)
Cuando estamos más ocupados es cuando tenemos más tiempo para divertirnos.