Compramos energía a futuro



Nunca escribo mi nombre en los libros que compro hasta después de haberlos leído, porque sólo entonces puedo llamarlos míos.
Los libros no se han hecho para servir de adorno: sin embargo, nada hay que embellezca tanto como ellos en el interior del hogar.
Buenas noches Antonia. que descanses. un abrazo.
EL HOMBRE QUE VENDÍA ESPEJOS ROTOS

En una calle de adoquines sueltos en el barrio Palermo de Buenos Aires, justo al lado de un viejo kiosco cerrado, había un puesto pequeño cubierto con una lona gris. No vendía fruta, ni libros usados, ni artesanías. Vendía espejos. Pero no nuevos, ni brillantes. Espejos rotos.
El dueño se llamaba Fermín. Tenía la barba desordenada, los ojos tristes y una voz tan suave que parecía siempre pedir permiso al hablar. Nadie sabía muy bien su historia, pero corría ... (ver texto completo)
A veces donde menos buscamos es donde más encontramos y de quien menos esperamos es de quien más recibimos.
Los que se desaniman ante un fracaso es porque ya tienen todo lo que pueden.
No existe el fracaso, salvo cuando dejamos de esforzarnos.
El fracaso es una gran oportunidad para empezar otra vez con más inteligencia.
Antonia buenas noches y dulces sueños. un abrazo.
EL ZAPATERO QUE ESCUCHABA LOS PASOS

En un barrio antiguo de Valparaíso, donde las calles suben y bajan como si respiraran, existía un local diminuto, escondido entre una lavandería y una tienda de empanadas. El cartel, oxidado y torcido, decía: “Don Silvio — Reparación de Calzado”. Pero en el barrio todos lo conocían como “el zapatero que escuchaba”.
Don Silvio tenía 71 años, una barba blanca como espuma de mar y una manera de mirar que parecía atravesar el cuero de los zapatos hasta llegar a ... (ver texto completo)
El destino se lleva siempre su parte y no se retira hasta obtener lo que le corresponde
Pierde una hora por la mañana y la estarás buscando todo el día.
Los amigos se convierten con frecuencia en ladrones de nuestro tiempo.
El tiempo es el mejor autor: siempre encuentra un final perfecto.
Antonia, es hora de ir al mundo de los sueños que descanses, buenas noches. un abrazo.