Este es el
camino de la
fuente. La
foto es de hace unos años, ahora este
paisaje está un poco cambiado. Algunas naves de bloques de cemento han roto la estética de esta parte del
pueblo y unas espantosas vallas llegan a la fuente y destruyen totalmente el paisaje. Esperemos que esta llamada de atención, este pequeño recuerdo de
Agrón sin
rejas sirva para recordar que la belleza de los
pueblos pequeños es frágil y se rompe fácilmente.