CARTA DE TORIBIO PATACHULA
A SU NOVIA DOROTEA.
Mucho y muy largo tengo que contarte noble y ricachona Dorotea de mis entretelas.
Pesco y agarro el mango pa meterte estas cuatro letras paque veas que tengo voluntad, apego y arrimo y al mismo tiempo para decirte que se alegra este militar y todo su cuerpo; que cuando llegue el borrico del cartero con estos renglones trazaos te encuentres buena y gorda como una vaca.
Del burro, del gato y de todos los animales personales y civilizaos de tu casa y la mía yo quedo bueno y más gordo que un elefante. Dorotea sabrás que aunque tengo cuerpo y talla pa caballería me han sacao pa infantería por la influencia de un trompeta y de un ranchero que son íntimos amigos del abuelo de uno que tocaba agora la flauta cuando han estao los moros y los romanos en España. También te participo que el otro dia íbamos de paseo militar y de un trompezón me torcí la pata izquierda y tuve que dir a caballo en las costillas de un quinto y al llegar al cuartel me tendieron en un camastro hasta que vino de Jerez el veterinario y me la puso derecha. Dorotea ahora estamos en un dos tres y me dice el capitán que cuando aprenda la instrucción voy a dejar los galones de quinto y voy a ascender a soldao. Pero hay que tener aquí mucha paciencia, el cabo me dice que soy un burro, el sargento que un animal, el teniente que un acémila, el capitán que un hipopótamo pues con estos calificativos dentro de poco seré un parque zoológico y tendré de toda clase de animales. Dorotea sabrás que estoy aquí desde que vine, los veinte céntimos que me dio mi padre se me han acabado por lo que le dirás a mi madre que me mande quinde céntimos para comprarme ropa por si salgo de asistente del músico que toca el bombo y los platillos. Me dirás como andáis por ahí con la comindanga porque estoy pasando hambre por toneladas, todo está muy caro y muy malo y muy escaso, la carne y los huevos no se pueden comer, la lecha imposible comprarla, lo único que me quedaban eran los nabos y han caído unos hielos y se han helao los chicos y los grandes y el que ha quedao es porque estaba seco. Me dirás si ha pario la Robustiana pues cuando yo me vine a la melicia estaba preñá, si ha mata el marrano del tío Sebastián, si la vaca de la Ramona tiene mejor la ubre y si al perro del tío Roque le han cortao el rabo. Dorotea que sigas bien y se alegrará mucho este militar y to su cuerpo. Daré recuerdos a ti y a mi. Que no te ronden los mozos y tu recibe el corazón los hígados y to el cuerpo que lo tengo atao y desatao y sabes que te quiere tu quinto Toribio Parachula.
Autor: Bernardo Perea.
A SU NOVIA DOROTEA.
Mucho y muy largo tengo que contarte noble y ricachona Dorotea de mis entretelas.
Pesco y agarro el mango pa meterte estas cuatro letras paque veas que tengo voluntad, apego y arrimo y al mismo tiempo para decirte que se alegra este militar y todo su cuerpo; que cuando llegue el borrico del cartero con estos renglones trazaos te encuentres buena y gorda como una vaca.
Del burro, del gato y de todos los animales personales y civilizaos de tu casa y la mía yo quedo bueno y más gordo que un elefante. Dorotea sabrás que aunque tengo cuerpo y talla pa caballería me han sacao pa infantería por la influencia de un trompeta y de un ranchero que son íntimos amigos del abuelo de uno que tocaba agora la flauta cuando han estao los moros y los romanos en España. También te participo que el otro dia íbamos de paseo militar y de un trompezón me torcí la pata izquierda y tuve que dir a caballo en las costillas de un quinto y al llegar al cuartel me tendieron en un camastro hasta que vino de Jerez el veterinario y me la puso derecha. Dorotea ahora estamos en un dos tres y me dice el capitán que cuando aprenda la instrucción voy a dejar los galones de quinto y voy a ascender a soldao. Pero hay que tener aquí mucha paciencia, el cabo me dice que soy un burro, el sargento que un animal, el teniente que un acémila, el capitán que un hipopótamo pues con estos calificativos dentro de poco seré un parque zoológico y tendré de toda clase de animales. Dorotea sabrás que estoy aquí desde que vine, los veinte céntimos que me dio mi padre se me han acabado por lo que le dirás a mi madre que me mande quinde céntimos para comprarme ropa por si salgo de asistente del músico que toca el bombo y los platillos. Me dirás como andáis por ahí con la comindanga porque estoy pasando hambre por toneladas, todo está muy caro y muy malo y muy escaso, la carne y los huevos no se pueden comer, la lecha imposible comprarla, lo único que me quedaban eran los nabos y han caído unos hielos y se han helao los chicos y los grandes y el que ha quedao es porque estaba seco. Me dirás si ha pario la Robustiana pues cuando yo me vine a la melicia estaba preñá, si ha mata el marrano del tío Sebastián, si la vaca de la Ramona tiene mejor la ubre y si al perro del tío Roque le han cortao el rabo. Dorotea que sigas bien y se alegrará mucho este militar y to su cuerpo. Daré recuerdos a ti y a mi. Que no te ronden los mozos y tu recibe el corazón los hígados y to el cuerpo que lo tengo atao y desatao y sabes que te quiere tu quinto Toribio Parachula.
Autor: Bernardo Perea.
¡Qué gracioso... que gracioso... qué gracioso! pero.. y esto.. que yo ya lo había oido y fijaros colodros.. creó que era cuando yo era mu chiquinina.. mu chiquinina.. en la Noche Buena, que nos reunimos en San gregorio, en casa de mis primos. La Purita no se puede acordar, porque ella estaba interna en Málaga y no iban, solo iban en verano.