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HINOJOSA DEL DUQUE: EVANGELIZACION DE PUEBLOS...

EVANGELIZACION DE PUEBLOS

Benito, el padre del monacato occidental, marcará el camino para la evangelización de la multitud de pueblos que se extienden por Europa. Los monasterios benedictinos configuraron la unidad del continente, desde las costas mediterráneas a la península escandinava, desde Irlanda hasta Polonia. Pablo VI dice que los hijos de San Benito “llevaron con la cruz, el libro y el arado, la civilización cristiana”. En la Edad Media la fe y la razón no se separaron, la oración y el trabajo encontraron su perfecta armonía. Recordaba Juan Pablo II en 1980, con motivo del XV centenario del nacimiento de San Benito: “no es lícito al hombre fiel a Dios olvidarse de lo que es humano: debe ser fiel también al hombre”. Es un resume del lema ora et labora; la oración y la acción deben ir juntas. El amor a Dios no puede separarse del amor a los hombres. Una fe que se encerrara en sí misma no sería comprensible desde el punto de vista cristiano; una acción, por muy bienintencionada que fuera, que no tuviera como referencia la fe, terminaría por volverse estéril.

Europa es la tierra de la fe y de la razón, no sólo de ésta última, como nos han asegurado algunos filósofos europeos de los últimos siglos. Si fuera sólo tierra de fe, a semejanza de algunas espiritualidades orientales, sus hombres no habrían conocido el afán de superarse en lo material, en definitiva, eso que se llama progreso. Miremos a la India con la revolución de la rueca de Gandhi. Los benedictinos eran hombres de oración, pero también de libro y arado. Progreso intelectual y progreso técnico en tiempos de los bárbaros.

San Benito de Nursia enseñó a los monjes a construir relojes para contar las horas. La regla de San Benito concretaba una serie de horas con las obligaciones, comidas, oraciones y ceremonias a efectuar en cada una de ellas. Los relojes de sol, de agua conseguía el cumplimiento unánime. Tercia mañana, sexta mediodía y nona tarde, eran las horas que se anunciaban en los monasterios y maitines amanecer, prima salida del sol, vísperas ocaso y completas oscuridad, no se anunciaban La hora sexta, dedicada en la regla benedictina al descanso, ha inmortalizado la SIESTA, trascendiendo al mundo asceta y monacal.

INVASION DE LOS BARBAROS

La invasión de Maguncia en el 406 inicia las acciones de los bárbaros que de procedencia germánica en su mayoría iniciaron el periodo oscuro de la historia, arrasando toda Europa. Los vándalos, procedentes de Hungría, llegaron hasta el estrecho de Gibraltar por el que cruzaron en el 429 para someter al Africa romana.

La caída del imperio romano se cifra en el 476, cuando el último emperador, Romulo Augústulo fue ejecutado por el general germano Odoacro, que también fue asesinado en 493 por los ostrogodos. Los visigodos se adueñaron de todo menos del oeste de Hispania. En Oriente se mantenían hasta que irrumpieron los hunos que lo asolaron todo.

Roma sufrió el despojo de todo lo de valor, saqueos, destrucción, destrucción y ruina fueron permanentes. Solo quedaron en pie los templos y basílicas de la Iglesia, Todo acabó con la llegada del rey ostrogodo Teodorico que admirando la cultura romana, gobernó Italia desde Ravena durante 33 años, y supuso un renacimiento del antiguo imperio. Justiniano, el emperador de Bizancio, expulsó a los godos de Italia en el 540 y otra vez Italia fue destruida El desgaste de la lucha debilitó a los bizantinos y poco después perdieron el territorio que les arrebatataron, los longobardos. Todo conocimiento, inquietud y sabiduría se conservaría en los monasterios.

INVASION DE LOS BARBAROS

La invasión de Maguncia en el 406 inicia las acciones de los bárbaros que de procedencia germánica en su mayoría iniciaron el periodo oscuro de la historia, arrasando toda Europa. Los vándalos, procedentes de Hungría, llegaron hasta el estrecho de Gibraltar por el que cruzaron en el 429 para someter al Africa romana.

La caída del imperio romano se cifra en el 476, cuando el último emperador, Romulo Augústulo fue ejecutado por el general germano Odoacro, que también fue asesinado en 493 por los ostrogodos. Los visigodos se adueñaron de todo menos del oeste de Hispania. En Oriente se mantenían hasta que irrumpieron los hunos que lo asolaron todo.

Roma sufrió el despojo de todo lo de valor, saqueos, destrucción, destrucción y ruina fueron permanentes. Solo quedaron en pie los templos y basílicas de la Iglesia, Todo acabó con la llegada del rey ostrogodo Teodorico que admirando la cultura romana, gobernó Italia desde Ravena durante 33 años, y supuso un renacimiento del antiguo imperio. Justiniano, el emperador de Bizancio, expulsó a los godos de Italia en el 540 y otra vez Italia fue destruida El desgaste de la lucha debilitó a los bizantinos y poco después perdieron el territorio que les arrebatataron, los longobardos. Todo conocimiento, inquietud y sabiduría se conservaría en los monasterios.