He aquí a un camarada de la brigada Legazpi, del 2º del 92. Después de pasar por el entrañable CIM, del cual todavía conservo amigos de los de verdad, terminé de escribiente en el pequeño B.H. Rigel, del cual conservo también muy gratos recuerdos, pero ninguno como los rostros de nuestros queridos Don Salvador y Don Manuel, unos sargentos de los de verdad, de los que no pudieron evitar unas lagrimas de cocodrilo cuando terminó nuestra rormación, quedamos campeones de instrucción militar, y hubimos ... (ver texto completo)