La
fachada principal, abierta a la
plaza del mismo nombre, es de gran vistosidad por las altas
torres que la enmarcan, y responde en líneas generales la reforma de 1858. Está centrada por una interesante
portada barroca labrada en
piedra arenisca hacia 1730, que se divide en dos cuerpos sustentados por
columnas corintias el primero y salomónicas el segundo. Sobre el vano de acceso se sitúa una imagen en mármol de
San Antonio.