Ante ese
altar hice mi primera
comunión en 1.956 y en presencia de la Stma.
Virgen del Carmen. Lo que más me marcó para siempre de esta
iglesia, fue la leyenda del Crito de la Buena Muerte situado en la nave de la derecha y que decía: "Dame una vida serena y una muerte
santa y buena. El
Cristo de la Buena Muerte.