Amig@s: Tengo que reconocer, que al leer vuestros mensajes dirigidos hacia mí, en los cuales me mandabais vuestros deseos dándome fuerza para afrontar la operación y mi pronta recuperación, ha habido momentos que me he sentido ruborizado al ver que casi poníais a mi persona en un altar. Os doy las gracias por vuestros buenos deseos……. sé muy bien que lo hacíais como si de un familiar se tratara, pero, quizás por nuestra amistad, os habéis dejado llevar haciéndome unas “alabanzas” que no merezco. ... (ver texto completo)