Hola amigos y amigas de Rodalquilar: si nuestro pueblo tenía algún lugar donde los niños y jóvenes muchachos se reunían para pasar un rato de charla y al mismo tiempo hacer companía a este que escribe, ese lugar era la barbería de Antonio Lloris. Yo agradecía estos encuentros con los pequeños y con los de mi edad cuando había pocos clientes esperando para arreglarse el pelo ó para afeitarse; así, pasaba algunos ratos entretenido. Me acuerdo que, el Lloris, tenía una gran clientela por que era un ... (ver texto completo)