Querido Ramón:
Cuando éramos pequeños no veíamos los límites de la vida; los abuelos estaban allá lejos y apreciábamos su bondad y su tranquilo discurrir. Ahora, que ya lo somos, nos damos cuenta del valor de cada minuto, entendemos a nuestros mayores y exprimimos el tiempo -con delicia, si cabe- con nietos, hijos, familia y amigos.
La maquinaria no dura siempre y van apareciendo, poco a poco, los problemas; sin embargo, la mente funciona de forma correcta, bien engrasada y apreciando lo que tiene ... (ver texto completo)
Cuando éramos pequeños no veíamos los límites de la vida; los abuelos estaban allá lejos y apreciábamos su bondad y su tranquilo discurrir. Ahora, que ya lo somos, nos damos cuenta del valor de cada minuto, entendemos a nuestros mayores y exprimimos el tiempo -con delicia, si cabe- con nietos, hijos, familia y amigos.
La maquinaria no dura siempre y van apareciendo, poco a poco, los problemas; sin embargo, la mente funciona de forma correcta, bien engrasada y apreciando lo que tiene ... (ver texto completo)