Creo que he conocido a tu abuelo Juan Redondo. En Quequén había un hombre así llamado,
amigo de mis padres, al que muchas veces vi en mi
casa. Recuerdo especialmente un suceso de su vida que contaba: cuando había simulado ser loco para no ser incorporado al servicio
militar. Tan bien representó su papel, que pudo engañar a quienes lo vigilaban, y así consiguió su objetivo.
Desde luego que no sé si estamos hablando de la misma persona, pero en caso que lo fuere, es probable que recuerdes esta anécdota.
Un
... (ver texto completo)