Es la última en construirse de las cuatro
fachadas de la seo burgalesa.
Separa el primer y segundo cuerpo un entablamento decorado con grutescos. Este segundo cuerpo está dividido, a su vez, en dos niveles. También separados entre sí por un segundo entablamento, similar al anterior.
En el inferior, dos relieves narran los martirios de los
santos juanes. Una vez más, se representa a los santos patronos del obispo Juan Rodríguez de Fonseca. A la izquierda, la decapitación de
san Juan Bautista. A la derecha, san Juan Evangelista en la caldera con aceite hirviendo.
Remata el segundo cuerpo un
frontón semicircular. En su interior, se representa al comitente, Juan Rodríguez de Fonseca. Está arrodillado ante una
Virgen con el Niño sobre elevado pedestal. Al otro lado, tres ángeles músicos completan la escena. Como fondo decorativo de esta composición, encontramos el característico escamado
Flanqueando el
arco del remate, dos imágenes de san Pedro y san Pablo con sus respectivos atributos. Culmina la
portada el
blasón del obispo promotor. Bajo capelo, con diez borlas a cada lado, las estrellas de la
familia Fonseca
Toda la
fachada, queda enmarcada y protegida por un gran arco escarzano con casetones en el intradós. Fue añadido unos años más tarde, siendo ya obispo de
Burgos Íñigo López de Mendoza (entre 1529 y 1535). De nuevo, se nos repiten, en las enjutas del arco, los
escudos de la
Catedral y, en este caso, del cardenal Mendoza.