Mensajes de LOS TREMELLOS (Burgos) enviados por FRANCISCO:

Mensaje sin posible respuesta. Seguiré felicitando las fiestas a los pocos que en el pueblo queden. Nadie se acordara de mi por esos pagos. Años ha que pise esos campos, pero no los olvido. Ellos perduran. Muda memoria de las gentes que los laboraron y que aun recuerdo.
Largos años hace que labore en esas tierra, era aun adolescente, pocos quedaran que me puedan recordar, Por ellos que seguirán vivos mientras permanezcan en nuestra memoria y por los presentes un brindis a la vida.
felices nfiestas a todos los tremellinos
En el estrecho valle del rió, tierra profunda, de color obscuro, en las laderas colindantes, tierra de yeso, hacia Ruyales, tierra roja de terracota, y en el páramo, tierra somera y floja entre lascas de piedras que revolvía el antiquísimo y eterno arado romano, en general tierras fértiles, labradas a braván. en el año sesenta, aun el tractor era un sueño.
Consuelo; recuerdo a Agripina, estará ya muy mayor, pues de estas historias hace mas de cincuenta años, también recuerdo a un hombre al que le caía bien, tenía dos hijas de similar edad que la mía, y estaba empeñado en hacerme, guardia civil, lo tenía chupado pues el tenía un familiar que era capitán en la academia. Con su potente voz, me decía. "Menudo guardia cibilón vas a salir" yo me reia.
El nombre de Victorino me suena pero no se precisar, han pasado muchos años, mas de cincuenta, tampoco recordaba el nombre de Agripina, si el de Maurilio, creo recordar que tenían una hija y un hijo, tambíen recuerdo el nombre de Angel pero no el de su mujer. Consuelo, si eres del 44 o alrededores tal vez hayamos jugado a las cartas, en alguna glorieta, donde chicos y chicas se reunían las tardes de los Domingos frios.
Dirección Las Hormazas, la carretera tenía dos empinadas curvas, hacía lustros que no veía el asfalto, el agua había formado surcos, ya en el páramo un camino a la izquierda, conducía a un pequeño valle, un claro arroyo lo drenaba, sus aguas no eran potables por el exceso de cal, el terreno era profundo y suave, se sembraban patatas
Había un molino, era de todo el pueblo, por una canaleta de madera, bajaba el agua que aportaba el modesto e irregular caudal del río, movía un pequeño rodete que a través de su eje, transmitía directamente su fuerza a la piedra moledora, era una molturación basta, suficiente para pienso, se molía por turno, había que estar toda una noche para moler cuatro sacos. Corría el año cincuenta y ocho. Que lejos soñaba.
Estaba ocioso, y de pronto me viene a la memoria, el pueblo de los Tremellos, donde estuve dos sementeras y un verano, corría el año 1958, los jóvenes no lo saben, por aquellos años, pequeños agricultores, ajustaban a jóvenes chavales, para realizar las tareas de un campo sin mecanizar. Los nombre se me van borrando, yo trabajé para Maurilio y Angel, eran cuñados, supongo que ya no viviran y posiblemente ninguno de sus hijos siga en el pueblo. Fui muy bien acojido. Los Domingos, jugábamos al mus ... (ver texto completo)