El lugar no tenía desperdicio, y con esa gran
chimenea se estaba de vicio.
Son
bodegas que las han acondicionado para
restaurantes, tienen diferentes alturas de calados y todas ellas con pequeños habitáculos como si se tratara de
comedores particulares. Te enseñan los calados como
museos, ofreciendote vino de la zona (Villaconejos -- un
pueblo que a mí solo me sonaba de los melones --
El pueblo es una preciosidad con una hermosa
plaza con
balcones que se alquilan para los festejos.