BARACALDO DE NUEVAS RAICES
Han cambiado los motivos de vivir en Baracaldo, recordando los festivos de aquel serio resultado. Hoy son otros los humanos, hoy son distintos contactos, ya no miramos al viento, ni pensamos en salarios. Vinieron desde muy lejos, por caminos enlazados, en trenes que fueron viejos pero que siempre llegaron. Brotaron nuevas raíces entre distintos humanos, olvidando cicatrices con nueva fuerza en sus manos. Los apellidos se mezclan, cada cual tiene su rasgos, nadie quiere poner resta a los momentos amargos. Baracaldo se confunde con lugares endiosados, donde se miran sus cumbres si el viento rompe candados. No son todos apellidos de ese país muy cuidado, nadie se sintió perdido en los tiempos endiablados. Hoy son otras juventudes, se ven distintos los llantos, las gentes tienen virtudes para evitar desencantos. Baracaldo de promesas sobre sus campos ahumados, la ciudad tuvo sorpresas y caminos encantados. Las gentes de Baracaldo tiene signos dislocados, algunos tuvieron saldo si vinieron arropados. Ya se olvidaron raíces, ya se olvidaron los llantos, las penosas cicatrices tuvieron sus desencantos. Arropados al pasado, entre misterios guardados, con el nombre recordado de sus terrenos soñados. Hay jubilados de sueños que buscaron el salario, olvidando los empeños de algún sufrido calvario. Baracaldo es otra cosa, ya no es sueño marginado, Baracaldo es esa rosa en un mundo delicado. Ya se perdieron los miedos de algún tiempo trasnochado, y se alejaron los credos de ver tu rumbo arruinado. Hoy que pasaron los vientos como locos endiablados, Baracaldo es sentimientos con magníficos cuidados. Sentir la luz de sus calles, no tener que estar de paso, vivir bonitos detalles sin conocer el fracaso. Cuando se mira de frente sin temor a ser marcado, se te ilumina la mente como un joven encantado. Piso Baracaldo y pienso en los caminos andados, al ver el pasado tenso y estos tiempos muy gozados. Ayer pise Baracaldo entre sueños mal llevados, y lo tengo recordado entre caminos andados. Pisar de noche sus calles, soñar con humos pesados, sentir y ver los detalles de aquellos tiempos gozados. Un abrazo de razones con la Ría siempre a lado, hoy me lleno de emociones al ver su mundo anhelado. Vascongadas me ilusiona y me siento encandilado, mi corazón se emociona al ver su rumbo soñado.
G X Cantalapiedra. 25 – 6 – 2020.
Han cambiado los motivos de vivir en Baracaldo, recordando los festivos de aquel serio resultado. Hoy son otros los humanos, hoy son distintos contactos, ya no miramos al viento, ni pensamos en salarios. Vinieron desde muy lejos, por caminos enlazados, en trenes que fueron viejos pero que siempre llegaron. Brotaron nuevas raíces entre distintos humanos, olvidando cicatrices con nueva fuerza en sus manos. Los apellidos se mezclan, cada cual tiene su rasgos, nadie quiere poner resta a los momentos amargos. Baracaldo se confunde con lugares endiosados, donde se miran sus cumbres si el viento rompe candados. No son todos apellidos de ese país muy cuidado, nadie se sintió perdido en los tiempos endiablados. Hoy son otras juventudes, se ven distintos los llantos, las gentes tienen virtudes para evitar desencantos. Baracaldo de promesas sobre sus campos ahumados, la ciudad tuvo sorpresas y caminos encantados. Las gentes de Baracaldo tiene signos dislocados, algunos tuvieron saldo si vinieron arropados. Ya se olvidaron raíces, ya se olvidaron los llantos, las penosas cicatrices tuvieron sus desencantos. Arropados al pasado, entre misterios guardados, con el nombre recordado de sus terrenos soñados. Hay jubilados de sueños que buscaron el salario, olvidando los empeños de algún sufrido calvario. Baracaldo es otra cosa, ya no es sueño marginado, Baracaldo es esa rosa en un mundo delicado. Ya se perdieron los miedos de algún tiempo trasnochado, y se alejaron los credos de ver tu rumbo arruinado. Hoy que pasaron los vientos como locos endiablados, Baracaldo es sentimientos con magníficos cuidados. Sentir la luz de sus calles, no tener que estar de paso, vivir bonitos detalles sin conocer el fracaso. Cuando se mira de frente sin temor a ser marcado, se te ilumina la mente como un joven encantado. Piso Baracaldo y pienso en los caminos andados, al ver el pasado tenso y estos tiempos muy gozados. Ayer pise Baracaldo entre sueños mal llevados, y lo tengo recordado entre caminos andados. Pisar de noche sus calles, soñar con humos pesados, sentir y ver los detalles de aquellos tiempos gozados. Un abrazo de razones con la Ría siempre a lado, hoy me lleno de emociones al ver su mundo anhelado. Vascongadas me ilusiona y me siento encandilado, mi corazón se emociona al ver su rumbo soñado.
G X Cantalapiedra. 25 – 6 – 2020.
