Ahora que estoy en Vitoria presumo de la buena infancia que tuvimos los de nuestra generación, no teníamos nada pero teníamos mucha imaginación, en nuestro vocabulario no existia la palabra aburrimiento.
Hola a todos, al leer vuestros
mensajes se agolpan un montón de recuerdos que casi había olvidado, unos buenos y otros no tanto, como las
nevadas que aunque este año a nevado por aquí, (ahora vivo en
Guadalajara) y he podido disfrutar de la
nieve con mis hijos, tenéis razón no son como aquellas, que bajar al celay por la cuesta de Orbegozo era un autentico suicidio.
Recuerdo también el dolor intenso de las manos y los pies cuando volvíamos a
casa después de esta jugando con la nieve todo el día
... (ver texto completo)