El "pretador" hacía que en cada comporta cupiesen más uvas, para lo cual ayudado por una mazo, iba apretujando las uvas. En este ambiente en el que se formaba dulce mosto, acudían gran cantidad de avispas y abejas, atraídas por la dulzura del fruto maduro. En las bodegas, la glucosa de las uvas, por fermentación se transformaría en alcohol etílico, que es la base del vino y que hace que cuando se toma en demasía nuestra lengua hable desmesuradamente. Aventuras del Dios Baco. Noé, según la biblia...