TIEBAS: Camino de Santiago Tiebas ofrece al peregrino la tranquilidad...

Camino de Santiago
Tiebas ofrece al peregrino la tranquilidad de un pueblo ligeramente desplazado de la carretera principal. Le recibe una bonita iglesia gótica, bajo la advocación de Santa Eufemia, la patrona. Destaca en esta iglesia, y es especialmente querida, una talla mariana de la Virgen del Rosario, del siglo XIII. Su portada está precedida de un atrio de arcos apuntados, abocinado con cuatro arquivoltas, que nos permite evocar aquellos lejanos tiempos en los que los vecinos, como las autoridades, empleaban los atrios para reunirse en ajuntamiento, o simplemente para charlar un rato después de misa. Completan la arquitectura religiosa, dentro del término municipal, las ruinas de las ermitas de Santa Catalina y Santa María. En la travesía del pueblo, marcando lo que antaño eran las afueras de la localidad, se erige un crucero, réplica del existente en Ororbia.

Por lo demás, la tranquilidad del lugar invita a pasear por sus calles, por el barrio de arriba (la Chantrea) y por el de abajo. Enseguida se percibe que Tiebas es un pueblo que crece, que se extiende; y es que su proximidad a Pamplona hace que los vecinos opten por quedarse a vivir en él, algo que contrasta con el grave problema demográfico que viven otras muchas localidades navarras.

Sin embargo, pese a la importancia histórica de su castillo, pese a la belleza arquitectónica de su iglesia parroquial, y pese a ser un hito importante en la ruta jacobea, el principal patrimonio de Tiebas, sin ninguna duda, son sus gentes. Ellos, los zorros -que es como se les conoce en los pueblos próximos-, los de hoy y los de ayer, son los que han forjado la historia de esta villa. Todo nos hace pensar que el actual pueblo nace en el siglo XIII a la sombra y bajo el manto protector del castillo. Lo que sí es cierto es que fue el rey Teobaldo II -primer rey que fijó su residencia en este lugar- quien ennobleció a los vecinos de Tiebas otorgándoles los mismos fueros que disfrutaban los francos de la rúa estellesa de San Martín. Estos privilegios les permitieron no sólo constituirse como un núcleo de población habitado por hombres libres, sino tener sus representantes su propio asiento en Cortes. Desde 1283 la villa tuvo su mercado, todos los lunes.

Lo que sí está muy claro es que la historia de Tiebas y de sus vecinos estuvo durante siglos estrechamente ligada a la del castillo. Después de 1521 vino una etapa de tranquilidad, al menos en lo que al aspecto militar se refiere. Pero este paréntesis se cerró en 1809, que es cuando los franceses instalan en Tiebas una guarnición para controlar los caminos. No había duda de que este era un lugar estratégico por su proximidad a Pamplona y por su emplazamiento sobre caminos y rutas importantes; y los franceses parecían estar convencidos de ello, así como los guerrilleros de Espoz y Mina que eran quienes les hacían la vida imposible a los galos. Desde el punto de vista administrativo la villa de Tiebas perteneció al valle de Elorz hasta que se aprobaron y pusieron en marcha las reformas municipales de 1835-1845; si bien, hay que decir que con anterioridad a su independencia administrativa la villa gozaba ya de una importante autonomía administrativa dentro del valle de Elorz. El diccionario de Madoz nos desvela que hacía 1850 Tiebas estaba compuesto por 36 casas repartidas en dos calles "espaciosas pero mal empedradas", y una plaza en la que se podía practicar el "juego de la pelota".

La villa, como si de unas alforjas se tratase, tenía dos ventas, la de Ezkurra -que hoy conocemos frente a la gasolinera- y la de Campanas. Junto a esta última se establecieron a mediados del siglo XIX las bodegas de la Sociedad Mercantil Vinícola. Esto influyó, así como la carretera y el ferrocarril, para que en torno a la antigua venta se crease un importante núcleo de vecinos, que es lo que después sería el pueblo de Campanas. Este pueblo, junto a Muruarte de Reta, acabó integrándose de nuevo en el ayuntamiento de Tiebas en 1943.

Hoy día Tiebas se nos presenta como una villa que se va modernizando a pasos agigantados. Dotada desde 1987 de un buen frontón cubierto (Frontón Alaiz), y posteriormente de unas buenas instalaciones deportivas con una estupenda piscina. A esto hay que añadir pequeñas urbanizaciones que poco a poco van convirtiendo a esta localidad en un pueblo residencial. La gracia está en que a pesar de la extensión urbana que va adquiriendo Tiebas, la sociedad sigue siendo el epicentro de toda su vida social.

Sus vecinos dependen en buena manera de varias industrias que son las que absorben buena parte de la mano de obra de la localidad; es el caso de las canteras, de la calera, y de la bodega vinícola. Esta dependencia laboral ayuda a sobrellevar con buen ánimo las pequeñas molestias que supone convivir junto a unas canteras.

El pueblo, aunque el 19 de junio honra a San Gervás con unas fiestas pequeñas, es en septiembre, el día 16, cuando se echa a la calle para sacar en procesión a Santa Eufemia y celebrar en torno a esta festividad sus fiestas patronales.

En fin, esto es Tiebas, un pueblo atractivo, acogedor, y con un importante patrimonio histórico en su pedigrí. Merece la pena acercarse y saber leer la historia en las ruinas, en las piedras, en los rincones, en los documentos... Pues está allí. Es la historia de Tiebas, y es también la historia del Reino de Navarra.
FERNANDO HUALDE - DIARIO DE NOTICIAS 18 de mayo 2003.