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PITILLAS: EL CLUB DE LA DESIDIA (Noviembre 2007)...

EL CLUB DE LA DESIDIA (Noviembre 2007)
Palabra interesante ésta: desidia. El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española la define como “negligencia, falta de cuidado e interés”.
¿Les resulta conocida esta actitud? Pues sí, nos la encontramos en nuestro Ayuntamiento desde hace mucho tiempo pero en los últimos tiempos está tomando un cariz alarmante.
Cuando los que ostentan el poder en el Ayuntamiento muestran una total indiferencia hacia las opiniones o necesidades de los “otros”, expresan con sus posturas y expresiones su desgana y desinterés y les parece que todo funciona por inercia, es decir, que otros (llámense, “funcionarios”) van a realizar el trabajo para el que ellos fueron elegidos, están abusando de la confianza que el pueblo les otorgó.
Una táctica infalible para disminuir responsabilidades es ser apático hasta para opinar y decidir. Gracias a ello, ninguna persona le hará responsable de lo que ha dicho o hecho porque, al fin y al cabo, no ha tomado partido.

Nuestro club de la desidia, es decir, Amador Jiménez, José Luís Lesaga, José Manuel Sagardoy y Fermín Martín, han decidido limitar sus intervenciones en los plenos a pedir al secretario que lea las propuestas de acuerdo y punto; han hecho lema de grupo la máxima que nos lanzó el Sr. Lesaga “los plenos están para aprobar puntos y no para informar o debatir”.


Esta actitud tiene dos lecturas realmente preocupantes:
* Las riendas de nuestro pueblo están en manos de los empleados del Ayuntamiento, cuando es bien sabido que los empleados suelen emular las actitudes de sus superiores.
* Nuestros representantes abusan de una autoridad paternalista, cuya opacidad está reñida con el momento social en el que vivimos. La información está al alcance de todos y todos somos capaces de sacar nuestras propias conclusiones para decidir nuestro camino.

La consecuencia de la desidia es la renuncia a progresar, y, señores, eso no nos lo podemos permitir cuando el mundo a nuestro alrededor está avanzando a gran velocidad.

Así pues, exijamos a nuestros representantes en el Ayuntamiento que cumplan el cometido para el que se presentaron: trabajar para el pueblo, estudiar y elaborar los asuntos, solucionar los problemas de los vecinos, no creárselos y dar explicaciones de todas las decisiones en un foro público.