RAMóN Y CAJAL, SOBRE LA MUERTE.
"Ante la imponente losa anatómica, protestaron al principio cerebro y estómago: pronto vino, empero, la adaptación. En adelante vi en el cadáver, no la muerte, con su cortejo de tristes sugestiones, sino el admirable artificio de la vida".
"Ante la imponente losa anatómica, protestaron al principio cerebro y estómago: pronto vino, empero, la adaptación. En adelante vi en el cadáver, no la muerte, con su cortejo de tristes sugestiones, sino el admirable artificio de la vida".