La devoción a la
Virgen del
Camino, Reina y Señora de
Pamplona desde 1987, fue creciendo desde que en el año 1487 apareció una imagen
románica en la parte superior del presbiterio. Estuvo en una
hornacina del
claustro gótico y cuando éste comenzó a derrumbarse fue trasladada a la
capilla del
Santo Cristo.
El 7 de mayo de 1758 se inició el derribo del claustro,
cementerio y capilla de
Santa Ana. Para el 10 de junio se coloca la primera
piedra de este proyecto dirigido por Juan Miguel de Goyeneta y Fernando Díaz de Jáuregui. Era obispo entonces Gaspar Miranda y Argaiz. Hasta el
verano de 1763 no se terminó el exterior. Durante los años siguientes se centró la atención en la decoración interior que se finalizó en 1776. El 25 de agosto de ese año el obispo Juan Lorenzo de Irigoyen y Dutari ofició la bendición inaugural.
La capilla presenta una planta de
cruz griega, de 21 m de ancho por 29 metros de largo. Sin embargo, desde la entrada principal esa longitud llega a los 40 m. Una
cúpula se alza en el centro de la capilla y cuatro más pequeñas se encuentran alrededor de esta.