La
Colegiata fue construida a principios del siglo XIII, (entre 1194 y 1215) en estilo
gótico con influencias francesas. El templo actual se levantó gracias al rey Sancho VII el Fuerte, quien lo eligió como lugar de enterramiento y que sustituyó a otra
iglesia anterior
románica bajo la advocación de
Santa María, cuya ubicación exacta se desconoce.