Vive la
Historia.
Parador de
Olite
Uno de los conjuntos
gótico-civiles más bellos de Europa se encuentra en Olite. Allí estuvo el
palacio de los reyes de
Navarra cuya parte más antigua se ha habilitado como parador. Su caprichoso y anárquico perfil lleno de recovecos,
torres, almenas, galerías y
jardines es una pura evocación de la Edad Media.
EL
EDIFICIO
El parador corresponde a la parte más antigua de todo el conjunto palaciego, el llamado Palacio Viejo o de los Teobaldos. Estamos ante un espacio habitado desde los
romanos, cuyos restos arqueológicos asoman en algunas de las torres. El “praesidium”
romano fue el núcleo del palacio hasta que, en la Edad Media, Carlos III de Navarra lo amplió y lo convirtió en uno de los
palacios más bellos de Europa, adosándole a él el llamado Palacio Nuevo. El viejo palacio
medieval estaba estructurado en torno a un
patio interior rodeado por dependencias auxiliares, reservándose la primera planta para las estancias reales. Cuando el reino de Navarra fue incorporado a la unión peninsular en 1512 los palacios, tanto el viejo como el nuevo, perdieron su condición de reales y empezó su decadencia. Durante la guerra de la independencia fue prácticamente incendiado y, a principios del siglo XX sólo se conservaban las dos torres orientales y los muros exteriores. En 1966 comenzó su reforma para adaptarlo a parador de turismo. Se reconstruyó el patio partiendo sólo de cimentaciones y, gracias a la documentación, se pudieron reconstruir los
ventanales góticos de la
fachada. El resultado final fue un pequeño parador de 800 metros de planta con apenas 14 habitaciones y zonas comunes. Debido a su insuficiente tamaño se creó un anexo diferenciado para las habitaciones unido por una logia en un estilo similar al conjunto palaciego