Vista de la desembocadura del río Miño en el océano Atlántico, tomada desde el mirador del pico de San Francisco, en el monte de Santa Tecla. Justo a la izquierda de esta fotografía estaría situado el pueblo de Caminha, última población portuguesa en el curso del río Miño. En el centro de la desembocadura se divisa el islote portugués de A ínsua, en otros tiempos penal y fortaleza. Es de posesión portuguesa porque, cada cierto tiempo, queda unido a Portugal por una barra de arena que se puede intuir en formación en la imagen. Curiosamente, este tramo es el de paso obligado para los barcos que desean acceder a los astilleros navales del lado español, pues del lado español hay una zona de bajíos que impiden el paso y que se aprecian en la imagen. La costa portuguesa en esta zona es arenosa gracias a los aportes del Miño, siendo fiel reflejo la muy batida playa de Moledo, en primer plano, ocupada por un denso pinar. Aquí se aprecia que la desembocadura del río no forma un delta, como algunos opinan, pues no hay una lengua de tierra que entre en el mar debido a la gran profundidad a la que se llega cerca de la costa y a que el mar bate con fuerza en esta costa atlántica.
