Vivia en mi pueblo, (Lourizán) un cura llamado D. José, que de sobrenombre o mas bien de apodo era conocido por "Sifó". Habitaba una casa-palacete, atendido por una sirvienta de nombre Guillerma. También de vez en cuando aterrizaban por la casa algún "sobrino", pues se daba por hecho (aunque con reservas), que hijos no tenia.
En cierta ocasión hubo de acudir a un entierro junto con otros curas, (el difunto debía de ser de categoría) a un pueblo de Ourense.
Como el acto fúnebre incluía "misa de corpore insepulto" la finalización se prolongó hasta las tantas (supongo que con inclusión de cena para los "cregos"), por lo que el amigo Sifó hubo de pernoctar en Orense.
Así que junto con otro colega, también de Pontevedra, alquilaron una habitación en una pensión de la Ciudad de las Burgas, rogándole al dueño, que tuviese a bien llamarlos a las siete de la mañana, con objeto de poder coger un autobús para volver a casa.
Acostáronse ambos cregos en amplia cama de matrimonio, y cuando el dueño del local aporreó la puerta de la habitación a la hora convenida, el amigo Sifó medio endormiscado todavia, le asestó un codazo al colega mientras murmuraba: ¡Guillerma, Guillerma, desperta que xa está ahí o leiteiro!. Os juro que esto es verídico....
En cierta ocasión hubo de acudir a un entierro junto con otros curas, (el difunto debía de ser de categoría) a un pueblo de Ourense.
Como el acto fúnebre incluía "misa de corpore insepulto" la finalización se prolongó hasta las tantas (supongo que con inclusión de cena para los "cregos"), por lo que el amigo Sifó hubo de pernoctar en Orense.
Así que junto con otro colega, también de Pontevedra, alquilaron una habitación en una pensión de la Ciudad de las Burgas, rogándole al dueño, que tuviese a bien llamarlos a las siete de la mañana, con objeto de poder coger un autobús para volver a casa.
Acostáronse ambos cregos en amplia cama de matrimonio, y cuando el dueño del local aporreó la puerta de la habitación a la hora convenida, el amigo Sifó medio endormiscado todavia, le asestó un codazo al colega mientras murmuraba: ¡Guillerma, Guillerma, desperta que xa está ahí o leiteiro!. Os juro que esto es verídico....
