El Tío Emilio, trabajando la hierba en su prado de Lamela, estaba recien cortada y olía que daba gusto respirar, en otros tiempos, esta zona estaba llena de
agua, los que sois un poco mayores, la recordaréis inundada casi todo el año, había que pasar siempre con botas altas de goma o en el burro. Hubo un tiempo que pusimos unos palos a modo de portería y esa era nuestra sede olìmpica. Siempre notamos en falta un
campo de
futbol, como tenía Nocelo, así que movíamos continuamente el campo, Lamela,
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