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A VILAVELLA: Érase que un oso y un conejo vivían en el bosque (pura...

Érase que un oso y un conejo vivían en el bosque (pura poesía para empezar el chiste) y ambos
pasaban el día peleándose y jodiéndose el uno al otro (gran reflexión sobre los avatares de
la sociedad) en esto, un hada buena decidió hacer algo al respecto (aquí va la alegoría a la
fantasia y a su conexión con la realidad) y el hada dijo al oso y al conejo:
- ¡Malditos gilipollas! ¡Ya estoy hasta el mismísimo coño de que os peleeis día sí y día no!
(gran poesia lírica) ¡Se acabó! ¡Os propongo un trato! ¡Yo os concederé tres deseos a cada
uno de los dos, si me prometeis que dejareis de haceros la puñeta el uno al otro y dejais en
paz mi bosque! ¿entendido?
El oso y el conejo asintieron, y accedieron a la petición de la benévola hada. El oso, que
era un putero de mucho cuidado, dijo:
-Hada, mi primer deseo es que todos los osos de este bosque sean chicas, para que me las
pueda tirar (aquí se puede observar una alegoría a los goces jocosos del ser humano).
El hada, aunque dudó unos segundos, cumplió el deseo del oso. Seguidamente, dijo el conejo:
-Hada, mi primer deseo es tener un casco.
El hada, extrañada ante el hecho de para que coño va a querer un conejo un casco, le da un
casco, y el conejo se lo pone en la cabeza (le venía algo grande, pero le dió igual). Fue
entonces cuando el oso pidió el segundo deseo:
-Hada, mi segundo deseo es... er... ¡que todos los osos del país sean chicas! Por si me mudo
algún día...
- ¡Joder, que cabronazo estas hecho! Pero en fin, he dado mi palabra, ergo...
Y hete aquí que el segundo deseo del oso se concedió, y toda España quedó petada hasta
aquí de osas deseando sexo. E aquí el segundo deseo del conejo (con el casco puesto):
-Hada, mi segundo deseo es tener una motocicleta.
El hada, entendiendo lógicamente el porqué de la relación entre el casco y la moto, le
concedió el deseo sin titubeos. Y hete aquí al conejo con casco y subido a la moto, que todo
en él era una patética fusión entre Terminator y un enano subido a una bicicleta. En
esto, el oso, después de pensarlo bién, pidió su último deseo:
- ¡Mira, fuera pollas, y que todos los osos del universo sean chicas!
El hada, sin más remedio que aceptar, convirtió a todos los osos del universo en chicas, con
gran regocijo del oso, hambriento de sexo.
-Y bien, conejo - dijo el hada - ¿Tu último deseo?
El conejo, subido a la moto, y mientras la ponía en marcha, tuvo tiempo de decir:
-Mi último deseo... Mi último deseo es... - ¡Brumba, brumba, brumba...! - ¡Deseo que el puto
oso sea gay! ¡BRRRRROOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOM!