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A VILAVELLA: Hace mucho, muchiiiiiiiiiiisimo tiempo, en un país...

Hace mucho, muchiiiiiiiiiiisimo tiempo, en un país maravilloso, había un Rey que elegido con mucho entusiasmo por el pueblo. Todo marchaba muy bien; había buenas cosechas, el ganado producía adecuadamente, alimentado por aquellos frescos pastos de sus inmensas praderas. La gente se hacía bromas, hacían juegos, se reían mucho... ¡eran todos felices!; bueno, casi todos: Había uno, un tal Malaquías, que también quería ser Rey, pero no sabía como conseguirlo; ya lo había intentado varias veces pero fracasaba,él y sus amigos, que habían llegado de otros pueblos para ayudarle.
Pero un día el Rey se vió sorprendido por la mala suerte: una debastadora plaga que hizo que las cosechas y sus reservas se vieran fuertemente diezmadas, los pastos empezaban a secar, el ganado ya no producía lo suficiente...
El Rey, muy preocupado por esta situación, mandó reunir a sus consejeros en Palacio y le dijo:
-Id, y en ciudades y pueblos decidle a la gente que tenga calma, que esto pronto pasará, y que todo volverá a ser como antes-. Uno de los consejeros le dice:
-Señor; ¿por qué no nos acompaña Ud.?, con sus sábias palabras les convencería mejor-. El Rey le responde:
-Adelantaos vosotros, yo iré después; ahora tengo que reunirme con otros reyes para econtrar la solución; ¡que ensillen mi caballo!-.
Malaquìas, que estaba al corriente, aprovechando su ausencia, reunió a sus amigos y le ordenó que que fueran por todo el Reino a decirle a la gente que todo esto era culpa del Rey, que no sabía gobernar. Malaquías estaba convencido de que el Trono le pertenecía, porque, casi siempre, lo habían poseido sus antepasados. Se dirijìa a la muchedumbre diciendo:
- ¡Hay que quitar a este Rey!-. La gente murmuraba,él seguía gritando:
-La culpa de esta situación es del Rey-.
-Bieeen-.
-Si me elegís a mi, os prometo que en poco tiempo todo esto cambiará, habrá alimentos para todos-. El pueblo, creyendo sus promesas, bociferaba:
-Bieeeeeeeeeeeeeeeeeeen; ¡fuera el Rey!, ¡queremos a Malaquías!-.
A su regreso, el Rey se encuentra con una situación muy preocupante, y dirijiéndose al pueblo le dice que confíen en él, que siempre les dirá la verdad.
-Vengo de otros Reinos y la situación es la misma, por tanto no es culpa mía. No hagais caso a Malaquìas, os está engañando;él solo no puede solucionar esto, solo quiere el poder, subir al Trono y vivir en Palacio-.
Pero, al final, la gente se dejaría convencer por Malaquías y le eljirían Rey.
Se va a vivir a Palacio. Pasaban los días, y el nuevo Rey no daba señales de vida. Debía tener tanta gana de sentarse en aquel sillón que ahora no podía levantarse.
Seguían pasando los días... y los meses; la situación era la misma y el Rey seguía sin hablarle al pueblo para escuchar de su boca las medidas prometidas para el cambio de situación; pero el Rey no aparecía.
Algunas gentes empezaban a arrepentirse de haberle elegido; y pensaban:
-"Realmente", todo era CUENTO

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Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Ballesteros: Es un cuento muy bonito, esta lleno de incongruencias, y una desconfianza a alguien que tan solo tiene 20 dias en el "Gobierno" tengo amigos en el PSOE y en el partido Comunista, que maldicen el dia que votarón a esta izquierda de 100 años de honradez. Por lo tanto no seas rencoroso y deja que esta gente trabaje, cuando pase un par de años hablamos, pero no seais impacientes. Ahora hay que hablar mas claro y dejarse de cuentos de reyes y princesas. Lo que hay que hacer es trabajar y ... (ver texto completo)