Un águila de bronce en lo alto de una
columna de quince metros de altura, en la
plaza de
Santo Domingo, reproducción del águila imperial
romana encontrada en las excavaciones arqueológicas de O Caurel es el
monumento con que se celebraron los dos mil años de la ciudad. Un curioso detalle: la primera águila ubicada en lo alto de la columna en diciembre de 1976, cuando se inauguró el monumento, tenía las alas plegadas. En la
primavera de 1977 fue sustituida por la actual, con las alas entreabiertas.