Gracias por el emotivo adiós, que dio Santibáñez el pasado 31 de marzo a mi padre, por las muestras de cariño de cada uno de los habitantes, familiares y
amigos.
Aunque el no era hijo del
pueblo siempre fue acogido como uno más.
Muchas gracias de corazón, espero que la gente que conocía a Daniel se acuerde de la luz que desprendía, de su alegría, de su humor, de su energía, esa que siempre estará dentro de mí.
Te quiero papa estés donde estés.
Un beso para todo el pueblo de Santibáñez
... (ver texto completo)