Te doy mi punto de vista, desde un sentir que reniega totalmente de la política aunque entiende que es necesaria. Creo que los pueblos pequeños se mueven muy despacio, sobretodo para los que vivimos aquí todo el año. Parece obvio que se ven mejor los defectos cuando se utiliza al pueblo como disfrute ocasional sin embargo cuando se forma parte de él, la imagen externa va pasando desapercibida y es el propio transcurso de la vida y el día a día el que rige nuestra atención.
Voy a tratar de ignorar la verdadera intención de tus preguntas y me voy a quitar de la cabeza la idea de que estés pensando en que todo está tan mal porque alguien se apropió de los recursos o no los utilizó debidamente, si realmente piensas esto, mal asunto. Supongo que en un principio la capacidad de "mejora" de un pueblo depende fundamentalmente del dinero destinado por la administración y en este caso, sería bueno que nuestros dirigentes nos informasen a menudo de cuanto se recibe y en que se invierte, sólo en ese caso, podría opinar con propiedad. Por supuesto que cobra vital importancia la valía de nuestros gobernantes, sólo su iniciativa y “categoría humana” entre otras cosas garantizan un buen uso de los recursos disponibles.
Mi caso es el de una persona joven que te puede narrar fugazmente como ha visto moverse al pueblo en treinta y tantos años. A mi me parece que todo se ha movido despacio pero sin embargo siempre he vivido a gusto, siempre he pensado que quiero vivir en un pueblo que se parezca los más posible al que me vio crecer y no me gustaría que se transformase en una pequeña ciudad. Pasar aquí la niñez y la adolescencia en contacto con la naturaleza es un verdadero privilegio. Recuerdo las escuelas, todos juntos con la estufa de butano diluviando en el patio de tierra y recuerdo pedir permiso para hacer nuestras necesidades en las traseras de la misma, en pleno campo. Me viene también a la mente el olor del bollo de pan recién hecho que nos comíamos en el recreo y las excursiones que hacíamos en busca de espárragos, lirios, amapolas y madreselvas sobretodo en mayo, para ponérselas a la virgen y cantar a la salida de la escuela.
De las noches de verano, no quiero ni acordarme porque me pongo nostálgico, desde el cine en la plaza puesto sobre la pared de la iglesia hasta las fechorías con la pandilla, en calles mucho más oscuras y bacheadas que las de ahora sin que esto sirva de pretexto para no estar a favor del adecentamiento de luces y calles, aunque creo que ahora en general estamos bien, pero claro está, no paseo por todas las calles en las plácidas noches de agosto para poder apreciar el estado del pavimento y la iluminación de todo el pueblo, entiendo que cuando un vecino detecta un problema de éstos en su calle, debe dirigirse al ayuntamiento mediante un escrito para solicitar la mejora.
Antes del polideportivo jugué en el patio de las escuelas y el campo de fútbol de los Castillejos y el del Prado. El que hubo en los Barreros dónde jugó el mítico Terry, a mí no me tocó, soy mucho más joven.
La piscina fue el no va más, me acuerdo de ver las máquinas haciendo el agujero y el cachondeo de la inauguración cuando se puso el agua marrón al echar el cloro sin prever la reacción de unas aguas que eran ricas en hierro. Antes de esto, muchas veces me bañé en la Pedrera hiendo en bici por la calle del puerto y también en los ríos del ejido y ya de paso cogíamos algún galápago.
Recuerdo haber bebido siempre del grifo y no me acuerdo de ver el agua marrón aunque hace unos años, sólo en verano, es algo más frecuente, la mayoría de las veces por la escasez que obliga a utilizar el pozo de la Mingona (eso me han dicho).
En definitiva, el pueblo ha cambiado bastante más en los últimos veinte años, hay bastantes cambios que se pueden observar, pero es necesario querer verlos ¿son suficientes?, depende de para quien. Para muchos emigrantes no, en la mayoría de los casos y sobretodo si el gobierno del pueblo no es afín se genera un ambiente de intolerancia y agresividad ante una sucesión de defectos que se ven de golpe. Seguramente para los agricultores, ganaderos, jóvenes y ancianos del pueblo los cambios requeridos serán bien distintos y más o menos exacerbados en relación con la dichosa afinidad de ideas.
En fin, ahora tenemos la oportunidad de elegir al gobernante que más apropiado nos parezca y tenemos que elegirlo entre todos como siempre y es lo que hay. Si hay alguien que siente la necesidad de cambiar profundamente a su pueblo para el bien de sus habitantes y no está de acuerdo con lo que hay o con lo que se ha hecho, adelante que se presente y transforme la crítica en actos que al fin y al cabo son los que determinan a una persona. Todo el que entienda que esa persona con sus ideas y proyectos es la mejor opción para su pueblo depositará su confianza en él y el resultado de esta elección popular con más o menos “ignorantes” es la esencia de nuestra convivencia.
Perseverar una y otra vez en los supuestos desatinos del pasado con el rencor como bandera y exacerbar la crítica en los defectos no viene bien para nada y menos para el pueblo. Leo desde hace tiempo el foro y se habla con frecuencia del agua marrón y de los baches con bastante desprecio y en muchos casos canalizando las iras hacia determinadas personas y de verdad me entristece que haya muy pocas personas que quieran hablar de la historia del pueblo, pero no de la sátira histórica de la comisión de festejos de no se que año, me refiero a las historia verdadera, a las numerosas civilizaciones que hemos albergado en nuestra sierra, al hermoso convento agustino construido en el 1600 y cuyas ruinas encierran 200 años de historia pura. A la iglesia, a los palacios, a las ermitas, al castillo de la sierra, a las epidemias de viruela y malaria, a las poblaciones que ha tenido el pueblo, de sus tradiciones, de sus patrones, del significado de sus fiestas, del hermoso saber popular de aquellos que nunca vieron un ordenador, de la actualidad agroganadera, de los recursos, de nuevas ideas y en definitiva hablar más de Santa Cruz y menos de lo de siempre, del maldito odio que genera el PODER que por desgracia va en nuestra condición humana.
Perdón por el ladrillo.
Oropéndola.
Voy a tratar de ignorar la verdadera intención de tus preguntas y me voy a quitar de la cabeza la idea de que estés pensando en que todo está tan mal porque alguien se apropió de los recursos o no los utilizó debidamente, si realmente piensas esto, mal asunto. Supongo que en un principio la capacidad de "mejora" de un pueblo depende fundamentalmente del dinero destinado por la administración y en este caso, sería bueno que nuestros dirigentes nos informasen a menudo de cuanto se recibe y en que se invierte, sólo en ese caso, podría opinar con propiedad. Por supuesto que cobra vital importancia la valía de nuestros gobernantes, sólo su iniciativa y “categoría humana” entre otras cosas garantizan un buen uso de los recursos disponibles.
Mi caso es el de una persona joven que te puede narrar fugazmente como ha visto moverse al pueblo en treinta y tantos años. A mi me parece que todo se ha movido despacio pero sin embargo siempre he vivido a gusto, siempre he pensado que quiero vivir en un pueblo que se parezca los más posible al que me vio crecer y no me gustaría que se transformase en una pequeña ciudad. Pasar aquí la niñez y la adolescencia en contacto con la naturaleza es un verdadero privilegio. Recuerdo las escuelas, todos juntos con la estufa de butano diluviando en el patio de tierra y recuerdo pedir permiso para hacer nuestras necesidades en las traseras de la misma, en pleno campo. Me viene también a la mente el olor del bollo de pan recién hecho que nos comíamos en el recreo y las excursiones que hacíamos en busca de espárragos, lirios, amapolas y madreselvas sobretodo en mayo, para ponérselas a la virgen y cantar a la salida de la escuela.
De las noches de verano, no quiero ni acordarme porque me pongo nostálgico, desde el cine en la plaza puesto sobre la pared de la iglesia hasta las fechorías con la pandilla, en calles mucho más oscuras y bacheadas que las de ahora sin que esto sirva de pretexto para no estar a favor del adecentamiento de luces y calles, aunque creo que ahora en general estamos bien, pero claro está, no paseo por todas las calles en las plácidas noches de agosto para poder apreciar el estado del pavimento y la iluminación de todo el pueblo, entiendo que cuando un vecino detecta un problema de éstos en su calle, debe dirigirse al ayuntamiento mediante un escrito para solicitar la mejora.
Antes del polideportivo jugué en el patio de las escuelas y el campo de fútbol de los Castillejos y el del Prado. El que hubo en los Barreros dónde jugó el mítico Terry, a mí no me tocó, soy mucho más joven.
La piscina fue el no va más, me acuerdo de ver las máquinas haciendo el agujero y el cachondeo de la inauguración cuando se puso el agua marrón al echar el cloro sin prever la reacción de unas aguas que eran ricas en hierro. Antes de esto, muchas veces me bañé en la Pedrera hiendo en bici por la calle del puerto y también en los ríos del ejido y ya de paso cogíamos algún galápago.
Recuerdo haber bebido siempre del grifo y no me acuerdo de ver el agua marrón aunque hace unos años, sólo en verano, es algo más frecuente, la mayoría de las veces por la escasez que obliga a utilizar el pozo de la Mingona (eso me han dicho).
En definitiva, el pueblo ha cambiado bastante más en los últimos veinte años, hay bastantes cambios que se pueden observar, pero es necesario querer verlos ¿son suficientes?, depende de para quien. Para muchos emigrantes no, en la mayoría de los casos y sobretodo si el gobierno del pueblo no es afín se genera un ambiente de intolerancia y agresividad ante una sucesión de defectos que se ven de golpe. Seguramente para los agricultores, ganaderos, jóvenes y ancianos del pueblo los cambios requeridos serán bien distintos y más o menos exacerbados en relación con la dichosa afinidad de ideas.
En fin, ahora tenemos la oportunidad de elegir al gobernante que más apropiado nos parezca y tenemos que elegirlo entre todos como siempre y es lo que hay. Si hay alguien que siente la necesidad de cambiar profundamente a su pueblo para el bien de sus habitantes y no está de acuerdo con lo que hay o con lo que se ha hecho, adelante que se presente y transforme la crítica en actos que al fin y al cabo son los que determinan a una persona. Todo el que entienda que esa persona con sus ideas y proyectos es la mejor opción para su pueblo depositará su confianza en él y el resultado de esta elección popular con más o menos “ignorantes” es la esencia de nuestra convivencia.
Perseverar una y otra vez en los supuestos desatinos del pasado con el rencor como bandera y exacerbar la crítica en los defectos no viene bien para nada y menos para el pueblo. Leo desde hace tiempo el foro y se habla con frecuencia del agua marrón y de los baches con bastante desprecio y en muchos casos canalizando las iras hacia determinadas personas y de verdad me entristece que haya muy pocas personas que quieran hablar de la historia del pueblo, pero no de la sátira histórica de la comisión de festejos de no se que año, me refiero a las historia verdadera, a las numerosas civilizaciones que hemos albergado en nuestra sierra, al hermoso convento agustino construido en el 1600 y cuyas ruinas encierran 200 años de historia pura. A la iglesia, a los palacios, a las ermitas, al castillo de la sierra, a las epidemias de viruela y malaria, a las poblaciones que ha tenido el pueblo, de sus tradiciones, de sus patrones, del significado de sus fiestas, del hermoso saber popular de aquellos que nunca vieron un ordenador, de la actualidad agroganadera, de los recursos, de nuevas ideas y en definitiva hablar más de Santa Cruz y menos de lo de siempre, del maldito odio que genera el PODER que por desgracia va en nuestra condición humana.
Perdón por el ladrillo.
Oropéndola.