Posee dos
fachadas renacentistas de estilo plateresco, la principal es obra de Juan de
Álava, que la terminó en 1558. Está dividida en cuatro cuerpos y cinco
calles, que constituyen un auténtico
retablo en
piedra. Le faltan las
estatuas, que nunca llegaron a esculpirse. Probablemente la obra fuera iniciada por Juan de Álava y terminada por Gil de Hontañón, quien realizó el cuerpo superior, las cresterías y las agujas.