En la lejania los araigos de tu tierra empiezan a dar fruto y la morriña se empieza a convertir en el pan de cada día.Pero en sueños recorro todos y cada uno de los rincones de ese bonito pueblo e incluso hablo con sus gentes, pero como todo sueño tiene su despertar es cuando empiezo a confudir las texturas y los colores y me doy cuenta que aunque lo llevo en el corazón, los kilómetros nos separan.Pero queda poco, ya que como el turrón vuelve en Navidad así lo haré yo.
SARA UN BESO.
SARA UN BESO.