Me dirijo al del "traslado de los
Toros" en 1964 a La Alameda: Si las ideas políticas las dejáramos a un lado, todos los que nos consideramos Moralejanos, por nacencia o por vivencia, no habría NADIE en el
pueblo que pusiera "pegas" a la vuelta de los
encierros y montaje de la
plaza de los toros, donde tiene que estar que es LA PLAZA DE LOS TOROS.Con ello se resucitaron unas
fiestas que estaban muertas.