Y cenar en el
rio? oohh! que paraiso.
Iba anocheciendo y nos sentabamos encima de
piedras para tomar tortilla de patatas con gazpachito, si, en el rio, allí entraba mejor que en ningún sitio después de toda la tarde en remojo.
No hay nada como el olor de una
sandia cenando en el rio, con la
noche del
verano y la luna mirandose en el
agua.
El rio, mi rio, nuestro río.