Llobet, coño, no mezcles el amor con las mondongas, que eso raya el morbo. Ya sabemos, compañero, que cuando hay amistad no hacen falta leyes. La tierra reseca, siempre ama la lluvia (Eurípides) porque nadie querría vivir sin amigos. Hubo un tiempo en que me harté de esperar. Allí, donde tú conoces, bajo la tenue luz de la tétrica farola, cuando chispea suavemente sobre los abandonados libros de bachiller. Y ella, siempre me acompañaba, aunque nunca estaba. Sólo la farola, la lluvia, la oscuridad, el silencio y yo…Ah, también ese viento que dobla la luz sombreando el suelo. Espero que llegue a su hora. Sigue saltando, Erasmo. Saludos. PC